Realizar una
lista de propósitos es muy fácil. Lo que es más difícil es convertirla en realidad. Para cumplir los objetivos que nos
propongamos lo que tiene que ocurrir
es que unos nuevos hábitos deben ser incorporados a nuestras rutinas diarias.
El hábito es un comportamiento que una persona repite regularmente. Ejemplo de
hábitos sería convertir el propósito de practicar deporte en salir a correr tres
veces en semana. O el de ahorrar en
introducir todas las semanas 20 euros en una hucha. De esta manera los
propósitos se transforman en conductas concretas que podemos planificar y
repetir a lo largo del tiempo.
- ¿Cuánto tiempo voy a tardar en incorporar
el nuevo hábito?
El doctor
Maxwell Maltz, cirujano plástico, afirma en su libro Pycho Cybernetics, que son necesarios 21 días para crear un
nuevo hábito. A esta conclusión llegó,
tras observar que este era el tiempo que tardaban sus pacientes en
acostumbrarse a su nueva cara tras una operación de nariz o lo que tardaban en
dejar de sentir la sensación de miembro fantasma los pacientes amputados.
Otros datos,
como el estudio publicado en la
European Journal of Social Psychology, afirman
que una persona tarda, en promedio, más de dos meses en conseguir que un comportamiento quede incorporado a su repertorio de
actividades.
Como vemos, no existe un acuerdo acerca de cuánto es el tiempo
que vamos a necesitar para cumplir nuestros objetivos. Lo que si podemos
extraer de estas dos fuentes es que se necesita la combinación de REPETICIÓN y
PERSEVERANCIA a lo largo de un corto / medio espacio de tiempo para incorporar
nuevos hábitos en nuestras rutinas.
Existen otra serie de pautas que pueden ayudarte a seguir
repitiendo y perseverando a pesar de las dificultades. Para que tus propósitos
se conviertan en realidades, también vas a necesitar que cumplan los siguientes
requisitos.
- Objetivos
realistas y concretos.
Olvida los objetivos generales e imposibles como por
ejemplo: “ganar más dinero” o “adelgazar cuatro kilos en tres días”… ya que
producirá que tu motivación desaparezca. Los concretos y realistas serían: “dedicar más
tiempo semanal a mi negocio para aumentar mis ingresos”, “hacer dieta para sentirme mejor”…
- Empezar
por un objetivo único y sencillo.
En el momento que consigas incorporar un
nuevo hábito te será más fácil con los siguientes. No tengas prisa. Dejar de fumar, hacer dieta y deporte a la
vez es imposible hasta para el más perseverante de los mortales. Ten
paciencia y ten presente que los pequeños logros son el primer escalón de las
grandes mejoras.
Si tu objetivo es adquirir el hábito de hacer deporte, o aprender
un idioma, no puedes hacerlo una vez al mes. Y si lo que quieres es eliminar un
hábito negativo como fumar, debes buscar actividades alternativas que serán las
que tendrás que repetir hasta conseguir que el nuevo hábito sustituya al
antiguo.
Aunque los primeros pasos no sean muy llamativos, reconoce y valora tu
esfuerzo. De esta manera aumentarás tu motivación.
- Dale a
tus metas un significado personal.
Cuando realizamos algo por exigencias o
presiones externas, el hábito durará lo que dure esta presión. Si acudo al
gimnasio porque está de moda y todos mis amigos lo hacen, esta conducta no tiene
un significado personal y durará hasta que la moda cambie. Es
necesario que lo que queramos conseguir este basado en nuestros deseos y
necesidades.
Los cambios son graduales
y no se producen de manera lineal. Se tolerante contigo mismo, tendrás días
buenos y días malos, la clave está en la constancia.
Cuando contamos a alguien el objetivo que tenemos en mente,
automáticamente nuestro compromiso con el mismo aumenta. De igual manera
aumentará tu motivación, ya que otras personas podrán reforzarte por los logros
alcanzados.
Y con esto es
más que suficiente para que tus objetivos vayan siendo una realidad. Buena
Suerte!
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