Dentro de poco llega la época de las bodas y, con ella, las típicas dudas que a todos nos
surgen para estar a la altura en este tipo de ceremonias y, por supuesto, las celebraciones
posteriores.
El principal problema que se nos plantea es el vestido y
complementos que nos vamos a poner, intentando que se ajuste a nuestro
presupuesto, que sea cómodo para poder disfrutar de ese día tan especial y, a
la vez, que nos haga sentir guapas y elegantes.
La primera opción que se nos viene a la mente siempre es
revisar nuestro armario y el de familiares y conocidas para ver si podemos
rescatar alguna reliquia que nos quede bien, ya que nos da pena habernos
gastado tanto dinero en vestidos preciosos que nunca hemos vuelto a reutilizar.
Pero por lo general, siempre recurrimos a la segunda opción, que es hacernos
una ruta por nuestras tiendas preferidas para encontrar un modelito que
estrenar ese día.
Si te encuentras en
esta situación y no sabes por dónde empezar, a continuación te damos unos
cuantos consejos para que la elección sea acertada y consigas ser la invitada
perfecta!.
Lo primero a tener en cuenta es la hora del evento. Parece
evidente, pero todavía hay muchas mujeres que se niegan a aceptar esta norma.
Si se trata de una boda de mañana, lo correcto (siempre que los novios no
indiquen lo contrario en la invitación) es un vestido corto, de colores suaves
y telas sencillas, huyendo de lentejuelas y otras telas similares. En cambio,
si es una celebración de tarde-noche, nuestro número de opciones crece: podrás
optar por un vestido de cóctel o por un modelo largo, en colores más oscuros.
Si eres una persona más atrevida, nuestra sugerencia son los monos como
alternativa al vestido, ya que son prendas muy personales y originales que
aportan una gran elegancia, bien combinados con los accesorios adecuados, y que
están cobrando una gran importancia entre las tendencias de moda.
Si se trata de una ceremonia religiosa habrá que tener en
cuenta que los hombros o escotes deben estar cubiertos mientras se esté dentro
de la iglesia. Un chal o una pashmina serán tus mejores aliados si se trata de
una boda de primavera o verano.
En cuanto a los colores, la regla más importante a tener en
cuenta es que el color blanco es exclusivo para la novia. Ella es la
protagonista de ese día y nadie debe hacerla sombra. Tampoco son recomendables los colores
similares como el marfil, el crudo, beige o maquillaje. El negro tampoco es un
color bienvenido por su asociación con el luto, aunque se puede hacer una
excepción en las ceremonias de tarde por su elegancia, siempre y cuando se
alegre con complementos que den color al look.
La regla a seguir a la hora de elegir tocado o pamela es que
el tamaño del sombrero se irá reduciendo según va pasando el día, es decir,
para las mañana se permite cualquier formato pero para la noche exclusivamente
los tocados más reducidos. También hay que considerar que el complemento
elegido para la cabeza nos tendrá que acompañar durante toda la jornada y debe ser cómodo porque irá incorporado al
peinado.
Lo mismo, pero a la inversa, nos ocurre a la hora de elegir
la altura del tacón, que deberá ir aumentando según se acerque la ceremonia al
final del día. Aunque el protocolo no lo admita, siempre es recomendable
llevarse un par de zapatos más cómodos para poder disfrutar plenamente de las
horas de baile ya que, un dolor de pies nos puede jugar una mala pasada. Esto
es tan común, que se ha puesto muy de moda elegir alpargatas o algún tipo de
zapato plano bonito para regalar a las invitadas como detalle de los novios.
El bolso de fiesta debe ser especial. Deshecha, por tanto,
el uso de tus bolsos de diario. El
tamaño y modelo perfecto como bolso de fiesta es el denominado tipo clutch. Olvida las bandoleras, asas
largas o colgarte el bolso de fiesta del hombro, lo más in, ahora, es el modelo tipo
caja y sujetarlo sólo con la palma de la mano. Otra opción podrían ser los
bolsos tipo cartera de mano o sobre que
además tienen un poco más de capacidad que los anteriores.
En resumen, lo importante es seguir el sentido común,
confiar en nuestro gusto, adaptar las prendas a nuestro estilo para no
sentirnos disfrazadas y, sobre todo… disfrutar plenamente del día, que al fin y
al cabo, debe ser nuestro principal objetivo.
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